Un niño de 11 años salió a caminar por la playa y se encontró con una gran sorpresa: como en un cuento, apareció ante sus ojos una botella con un mensaje dentro.
Jack Harrington y su madre Nancy estaban paseando a su perro por la playa de la bahía en Anglesey en Gales, cuando vieron la botella de vidrio con un papelito escrito en otro idioma.
Cuando la encontraron buscaron la manera de que el mensaje sea traducido. “Uno de mis compañeros de trabajo está casado con una mujer china que amablemente proporcionó la interpretación”, dijo Nancy.
El texto contiene una historia de amor y pérdida, y parece haber venido de Gulangyu Island – una isla de la costa de la ciudad de Xiamen, en el sur de China.
La primera línea dice: “Gulangyu islote es el más sorprendente, más memorable, y el lugar de mis dos más felices y más tristes recuerdos.”
El personal del centro de vacaciones desde entonces han tratado de rastrear la fuente del mensaje, pero que aún no han descubierto su origen.
Georgina Bradbury es quien se estuvo encarganda del papelito y su misterioso mensaje:
“Queremos saber si el mensaje realmente flotó más de 10 kilómetros. Hemos estado investigando pero sólo parece haber creado más preguntas que respuestas.”
El mensaje traducido
“Gulangyu islote es el más sorprendente, más memorable, y el lugar de mis dos más felices y más tristes recuerdos. En este islote poco romántico y corriente, mi romance que nunca se comenzó, terminó. Tres o tal vez cuatro días quedan, para recordar, para lamentar, sentir nuestras emociones, en el que se puede permitir que disfrutar tranquilamente estar contigo, verte, sosteniendo que cierre.
La vida debe continuar. Las cosas a las que te aferras a siempre te detienen. Hay que sSeguir avanzando, seguir corriendo. Con todas las cosas que hay que pensar, es muy probable que se olvide. Hay un famoso dicho: ‘Frente a la realidad no hay nada que puedas hacer al respecto’.
¡Tienes que ser feliz! No te pongas demasiado flaca, no se siente la necesidad de cambiarse a sí mismo. Si quieres ser una buena persona, no hay necesidad de cambiar. Donde quiera que estés, hay que tomarse un tiempo para pensar en paz y tranquilidad.
Adiós, mi cariño, y adiós a nuestro islote Gulangyu.
Recuerdo haber dicho adiós a la puerta de Amolensis. Siempre recordaré el momento en lo más profundo de mi corazón, así como sus pequeños gestos. La vida debe continuar. No hay nada que podamos hacer, ¿verdad?”.
Y como tal vez algún lector sea chino o china y siguen buscando la procedencia exacta de este lindo mensaje, les dejamos el correo electrónico de Georgina para aportar datos: georgia.bradbury@pixel8ltd.com. Sería muy genial saber quién lo escribió.