Es un día como cualquier otro. Estás haciendo tu vida normalmente, cuando conoces a alguien y sientes ese flechazo. Y sabes que algo se esconde entre las miradas, hay palabras mudas, pero sobre todo sabes que es una atracción innegable. Pero entonces despiertas del sueño, nada se coordina y nunca sabes más de esta persona. Si tan solo le hubieses dado tú número.
Esto fue lo que le pasó a Isa hace 10 años. Esta madrileña trabajaba en una carpa de navidad durante el año 2005, cuando vio a uno de sus compañeros que la vislumbró completamente. Ella trabajaba como monitora de un taller de niños, y la primera actividad fue hacer chapitas con los nombres de todos los niños. Por supuesto la creatividad afloró en esta coqueta joven y decidió hacerle una chapita a este misterioso hombre que trabajaba en seguridad, del que solo sabía su nombre, Paco.
“Paco-merte”, decía la chapita que le entregó. Isa pensó que sería el comienzo de algo, pero lamentablemente no pudo ser.
“Me tuve que ir antes de tiempo y no nos pudimos despedir ni dar los teléfonos. Pensé que coincidiríamos en siguientes trabajos pero no y en esa época ni whatsapp ni redes sociales”
Pero como dice el viejo cliché la esperanza el lo último que se pierde ha decido buscarlo a través de las redes. Junto con unas amigas recordaron viejos tiempos y salió a flote esta historia que nunca fue.
“Recordando historias con unas amigas surgió la idea de encontrarle y por probar… Ya por lo menos le tiene que hacer gracia y unas cervecitas querrá tomar”, explica Isa.
Sabe bien que la era en la que vivimos es bastante fácil encontrar a alguien por internet. Si quieres apoyar la causa de Isa puedes encontrarla en el twitter @buscandoapacom, con el #buscandoapacomerte o el correo buscandoapacomerte@gmail.com.